Fue uno de los estrenos más exitosos
de 2009 a nivel nacional. Pese a ello —la película debe tener su ángel— nunca
la piratearon, por lo cual no circulan copias en DVD, salvo quizás alguna de
esas grabaciones en la sala de cine que tienen mala imagen y peor audio, además
de alguna cabeza que se atraviesa delante de la cámara pirata o las risotadas y
comentarios de quienes estén alrededor.
Evoco que antes de su estreno en La
Paz (en la Cinemateca Boliviana), intenté conminar a quienes por entonces eran
mis alumnos en la Universidad Católica a verla, pero salieron con que no querían ir a ver una película cruceña porque su
humor era soso, que el adelanto hacía prever una peli aburrida, que parecía un
mal remedo de una producción gringa y otras lindezas por el estilo.
Sin
embargo, cual apunté en mi comentario de la película, la cinta de Tomás Bascopé está muy bien narrada, pese a que muy bien
podría caerse por tratar de la encerrona de tres personajes en un cubículo de 2
x 2 durante casi 90 minutos. El guión, trabajado con el tino necesario para
mantener la atención del respetable, y las actuaciones de los tres pilares que
soportan/sustentan toda la película hacen llevadera la proyección.
Johnny, Carlos y Héctor. |
Es
muy buena la actuación de Pablo Fernández (Héctor en la película; un
rostro muy popular en la red PAT hace dos años) en
las secuencias introductorias. Luego, se suman a ella las de Jorge Arturo Lora
(Carlos) y Alejandro Molina (Johnny), el par de maleantes que decide
secuestrarle, quienes asimismo rayan en un muy buen nivel. Atractivo aparte el caricaturesco guardia de seguridad del edificio,
autodenominado Rambo, quien me recordó al “Termigaytor” –si la memoria no me
está haciendo una de las suyas– de un cortometraje cruceño de años ha.
Tomás Bascopé nos dijo en un encuentro de cineastas realizado en La Paz
en 2010 que El Ascensor responde
a un modelo totalmente clásico del
teatro, en donde lo más importante viene a ser la interpretación y los
personajes, son quienes se encargan de guiar al espectador al significado total de la obra.
El Ascensor no
intenta rescatar ninguna tradición urbana en Santa Cruz. Más bien expone a personajes pertenecientes a un pueblo que pretende
asímismo llamarse ciudad. Un pueblo que se encuentra con una imponente
influencia de los migrantes del interior que están generando una fusión en su
cultura y costumbres. Trata de desnudar
esa falta de identidad, falta de
comunicación y de diálogo en el boliviano
que vive en Santa Cruz.
El
acceso a nuevas tecnologías y formatos, afirmaba el joven director, dio una gran versatilidad de trabajo y la posibilidad de repetir las tomas
necesarias para sentirte satisfecho con
la respuesta de los actores, sin el miedo al coste de la cinta. Te da la opción
de ser perfeccionista sin tener un productor ogro gritándote ¡la cinta! Eso la
hizo posible, puesto que al no tener recursos económicos se filma con lo que se puede y se editó en la
casa de un amigo con una PC.
Pablo Fernández antes de hacerse popular en la tele. |
La iniciativa por reestrenar El Ascensor en La Paz surgió del
encargado de programación Eduardo Calla, quien le
propuso a Jorge Sierra, productor de “una gran película (como él mismo se
refirió)”, que la cinta terminara su ciclo en el Multicine. “Todo esto se dió
mientras nos tomábamos un café en Alexander al tiempo de negociar la próxima
película de BolAr producciones, El juego
de la silla", recuerda Sierra.
El también realizador continúa: “Creo
que El Ascensor es una película que
ha motivado la curiosidad en Bolivia, tanto por su producción como por su
nivel. Los que la han visto han generado un potente boca a boca y será ese
factor, más la expectativa de saber que es la última vez que estará en los cines,
lo que llevará a la gente a verla. También tenemos el plus de que la película
no ha sido pirateada, por lo que es la única forma de verla: en el cine”.
No está previsto
un reestreno en otras ciudades del país. “En La Paz se estrenó y hemos decidido
que en la misma capital termine el recorrido en cines. Luego estará en ciclos
de cine nacional y cruceño, pero ya en un marco no comercial”.
Su ópera prima
como director de largometraje, El juego de la silla, sería estrenada a fin de año. “Teníamos deseo de que sea en
Octubre, pero dado que en esa fecha saldrán muchas películas con un género muy
parecido, decidimos no competir, y tener vía libre en un mes menos saturado.
Todo apunta a Diciembre”.
Pero
cerremos con El Ascensor. Al día
siguiente de verla, desde casa mandé un correo a todos mis alumnos diciéndoles
de manera contundente y escueta: «Fui a verla ayer y es una buena película, así
que... ESTÁN VOLUNTARIAMENTE OBLIGADOS A VER EL ASCENSOR». La misma sugerencia va para todas y todos ustedes ;)
Los protagonistas en el cubículo donde pasa todo. |
IMÁGENES:
BOLAR PRODUCCIONES.